domingo, 1 de mayo de 2011

Ser feliz en tiempos libres; ocio VS ociosidad

¿Tocarte los huevos sin remordimientos?
Ya... tengo demasiado tiempo libre y no paro de traeros entradas profundas que  os coméis por compromiso amistoso. Así debe ser y así será. Es lo que toca, pero hablando de tiempo libre... Todos y todas queremos más tiempo libre, más vacaciones, más puentes, domingos más largos. Tener tiempo libre es un privilegio. Pero personalmente, no estoy “entrenado” para saber utilizarlo en condiciones. Se hace lo que se puede, pero es muy complicado.

Como ya he comentado, estamos educados para producir. Para trabajar. Producir cosas para tener un beneficio económico, nada en términos de felicidad. De forma que en nuestro tiempo libre… nos cuesta saber que hacer para sentirnos bien, para disfrutarlo. Y me jode.
Pero llega más lejos, me jode hasta el punto de que tiendo a sentirme mal cuanto más tiempo libre tengo. Si hago un poco de reflexión, suelo estar menos feliz en verano o en cursos donde he tenido pocas asignaturas que estudiar, o donde he trabajado pocas horas. ¡Coño, pero si debiera ser al contrario! Mucho más tiempo para centrarme en mi realización personal, en las cosas que realmente me llenan.

Se puede ser productivo, pero no en sentido económico. Aquí entra la diferencia entre ocio y ociosidad. El ocio debe aportarnos algo como personas, lo utilizamos de forma totalmente libre y no influenciada. En cuanto los medios entran a decirnos como rellenar el tiempo libre (con un interés habitualmente económico) se transforma en ociosidad, otra forma de rellenar el tiempo libre.
Pero a lo que iba, ser productivo de otra forma, hacer cosas que nos aporten algo. Por ejemplo salud, cultura, relaciones sociales. Y como también he comentado ya, tener cuidado con la búsqueda de felicidad y relleno de tiempos libres con el consumismo. Comprar para ser más feliz. Y ya maticé que no es lo mismo gastar dinero que ser consumista. Se puede gastar dinero en cultura (ir al cine, comprase un libro), salud (hacer deporte), relaciones sociales (irse de p… espera no… tomarse unas cervezas con los colegas) y no ser consumista.
Y por supuesto, no es ni mucho menos necesario ese gasto.

Y lo más complejo, aprender a valorar esa productividad, disfrutarla, no sentirse mal mientras tanto. En mi caso, si mi formación no se encamina con la productividad relacionada con beneficio económico (tener trabajo, vamos…), me cuesta que me llene. Puedo aprender a tocar la guitarra o puedo estudiar oposiciones. Las oposiciones ganan por goleada a la hora de sentirme bien con lo que hago, aunque me guste más la guitarra. Una mañana entera “tocando” puedo llegar a sentirla como perdida.
Y conozco gente que controla de esto más, es capaz de disfrutar más su tiempo libre. Definitivamente tengo mucho que aprender.

No hay comentarios:

Publicar un comentario