viernes, 27 de mayo de 2011

Evolución moral; nivel 3

Cuando parecían olvidadas, continúan las andanzas filosóficas en my fucking blog. Con todos ustedes, un nuevo nivel de evolución moral. Interesante en estos días que la moralidad y la ética juegan al churro-pico-tenna con la humanidad.
Este nivel me parece tremendamente interesante. Es clásico de la adolescencia, ese periodo en el que realmente nos construimos como personas adultas. Muchas formas de actuar o de pensar se definen en esa etapa. Interiorizamos resultados de los juicios morales que hicimos cómo adolescentes y es complicado cambiarlos.


Repaso rápido los anteriores niveles; teníamos el primero en el que era el miedo al castigo el que definía nuestra conducta. Luego el segundo nivel, en el que destacaba el “ojo por ojo, diente por diente”, reinaba el egoísmo, cumplimos las reglas para que nos dejen jugar.

El tercer nivel se basa en querer agradar, cumplir las expectativas de los demás. Queremos que nos quieran. Se salta ya la barrera de la familia, que entendemos que nos quieren incondicionalmente y buscamos ser queridos en otros ámbitos. Buscamos ser aceptados en la pandilla de amigos o en la clase, y eso supone adaptarnos, cambiar con tal de no sentirnos fuera. Esa sensación de pertenecer a un grupo la hemos experimentado todos y todas, da seguridad, uno se siente arropado. Somos capaces de hacer cosas increíbles.
La empatía asoma la cabeza un poco, “si me pusiera en el papel de Fulano, me gustaría que me trataran de tal manera”. Ya no cumplo las reglas para que me dejen jugar, las cumplo porque sé que al igual que no me gusta que los demás las incumplan, al resto seguramente tampoco les guste que yo las incumpla (frase liosa pero clave).


Este nivel creo que es fácil de entender y de identificarse. Como otras veces, intentaré analizar algunas cosillas:

Como queremos ser buenos, es imposible no estereotipar el concepto de ser bueno. Los medios de comunicación, el barrio donde estemos, la clase social de nuestros padres, etc. juegan un papel muy importante. Empezamos a construir nuestro mundo tal y como lo vemos, de forma que asentamos qué es ser “normal”. Esto parece una tontería, pero es importantísimo. Se empieza a rechazar al que no actúa dentro de esa “normalidad” de forma que nuestro juicio sobre los demás está influenciado por lo que vemos que es teóricamente bueno, pero no siempre tenemos razones argumentadas para ver qué es bueno y qué es malo. Seguimos la corriente, y dependiendo del río en el que vayamos, asentaremos unos valores u otros.

Todo un ejemplo a seguir
Además, puede existir un conflicto al intentar agradar a grupos con ideales diferentes, el clásico es que la familia te dice una cosa y el grupo de amigos otra. También puede ser con profesores, distintos amigos, la primera novia o novio y el resto de colegas, etc. Digamos que cuesta agradar a todo el mundo y podemos hacer cosas totalmente contradictorias.

Por tanto, siguiendo estas reglas, somos increíblemente influenciables. Lo bueno es agradar a los demás, de forma que haremos lo que sea necesario. Seguiremos una moda, haremos lo que dicen los medios de comunicación o admiraremos a personas modelo (grupos de música, cantantes, el primo de Zumosol, etc.).

El egoísmo aquí es muy sutil. Necesitamos agradar y sentirnos queridos, por eso hacemos lo que quieren o lo que esperan los demás. No lo hacemos de verdad por los demás de forma incondicional, buscamos el beneficio propio de sentirnos aceptados. Esto también es clave para diferenciar niveles superiores de moral donde sí que buscamos el bien ajeno sin nada a cambio.
Como digo, es muy sutil. Yo mismo, hay muchas veces que hago cosas “buenas” pensando más en lo que opinarán los demás de mí al verme hacerlo, no tanto por lo que hago. Es complicado darse cuenta, pero es interesante pensarlo para ir apreciando de verdad lo que supone para los demás la buena acción y no tanto para mí, que se pueda hablar realmente de un “sacrificio” en el que yo no tengo porque ganar y lo que importa es el estar aportando. Pero ya estaríamos pasando de nivel y no nos vamos a adelantar a la próxima entrada :)

La cosa ya ha mejorado en este nivel, estamos pensando en los demás. Es un primer paso, ¡pero quedan 3 niveles descritos por el tito Kohlberg! Es fácil pensar que estamos en este nivel, pero si realmente tenemos el 2º bien asentado… nunca debiéramos realizar una injusticia contra alguien. Es demasiado fácil caer en “me han hecho esto, pues ahora yo hago esto otro” y estaríamos bajando de nivel. Cómo dije, es fácil “incumplir” reglas morales superiores utilizando reglas inferiores como excusas para calmar la disonancia cognitiva. En todas las entradas sobre moral estoy hablando de disonancia cognitiva, quizá es confuso pero importante. Lo que intento mostrar es cómo recurrimos a juicios morales inferiores para justificar cosas que hemos hecho en contra de nuestros principios (basados en niveles morales superiores).

Este nivel nos hace más humanos, si todos estuviéramos aquí ya sería una utopía encantadora y…ya me ha quedado esto demasiado largo, de forma que cambio y corto.

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