Un capítulo más con el tema de moda, la disonancia cognitiva, solo que en este caso me centro más en hablar del consumismo en sí mismo que en la disonancia que hay detrás. Vivimos en una sociedad consumista, y por tanto somos consumistas. Ya nos he llamado egoístas, y puede que duela. Llamarnos consumistas también puede tocar la fibra sensible. Pero lo somos, puede que otros más… pero eso da igual. Yo lo soy y me cuesta mucho serlo menos. Pero lo intento.
Y necesito comentar, que la imagen encontrada para la entrada, ¡me parece cojonuda!
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