viernes, 13 de mayo de 2011

Solucionando el mundo. Parte 3 de 4: "igualando presiones"

Continuando con la larga reflexión, procedo con la tercera entrada. Recordad que hay dos entradas más publicadas, si no las habéis leído, leed la primera y la segunda antes.
Tras la escatológica entrada sobre la indignación, me quedé hablando sobre ¿quiénes son los responsables de los problemas que nos salpican? También interesante, ¿quiénes tienen el poder de solucionar esos problemas o de parar a la gente que los genera?, y ¿porqué no se ponen las pilas?

No puedo responder a esas preguntas con ninguna certeza, sólo puedo elucubrar y animaros a que me acompañéis. Lo importante es que hay que ir buscando respuestas para conseguir soluciones.

¡El sistema! simpático...
Entonces se nos pasan diferentes posibles responsables de estas razones para indignarse. No hablo de terremotos que no podemos controlar, luego entonces… ¿el sistema? ¿los políticos? ¿los bancos? ¿el alcalde? ¿la policía? ¿los ricos? Quizá todos, y seguramente nosotros también seamos responsables en parte. Y claro, todos son personas o entidades celestiales (¡el sistemaaa!) lejanas y a las que no podemos ir a cantar las cuarenta. Nos quejaremos en el bar y punto.

Es fácil decir que todos somos responsables. Unos por echar la mierda, otros por no querer verla, otros por no impedir que se cague en sitios indebidos. Es fácil caer en echar la culpa a otros. Yo asumo mi parte de culpa, y es el no querer oler nada, el no intentar recogerla, el no intentar que impidan la deposición.
Aun así, me arriesgo a intentar resumir el origen de los problemas :)

Hay gente egoísta, que mirando su ombligo y buscando su enriquecimiento es capaz de joder a los demás o al propio plantea. Hay mil ejemplos, detallarlos es tontería. Todos somos un poco así, pero centrémonos en grandes responsables, humanos o corporaciones. Están ahí y nadie les para los pies.
Luego esta la gente de a pié, digamos “nosotros” y digamos todos los que están en peores situaciones (la mayoría del planeta). Muchos que cobramos o cobraremos esos problemas.
Y luego hay otra pequeña minoría en mitad. Los estados, los centros de control, las leyes internacionales, etc. Esos supuestos entes creados y dispuestos para cuidar de todos nosotros. De todos los que están abajo. Luego es su responsabilidad velar por la seguridad, escribir normas (“aquí no se puede cagar”) y obligar a que se cumplan. Pero no pueden.

No nos confundamos...
Luego tenemos 3 entidades. Pueblo, Estado e Hijos de Puta (HP). Así los voy a nombrar y simplificar.
El Pueblo elige teóricamente al Estado. El Pueblo quiere que el Estado quite a los HP. El Pueblo son muchos, Los HP pocos. Pero éstos tienen poder, sea dinero, influencias, etc.
Se generan fuerzas de sentido opuesto contra el Estado (que he colocado en mitad). Quién tiene al Estado a su favor, gana. La fuerza de los HP es superior a la del pueblo, dominan al Estado y lo transforman en un Estado de HP.
Pero como he dicho, el Pueblo es superior en número. Tiene menos fuerza, pero sumada la de todos (y somos muchos) es superior a cualquier HP o a todos los HP juntos. Pero somos tan tontos que no aunamos la fuerza en sentido contrario a los HP. Si nos dispusiéramos y empujáramos en dirección opuesta, el Estado no tendría más cojones que cambiar, o de dirección o de representantes, y que éstos se atrevieran a cambiar a los HP.

Por decir lo mismo con otras palabras, podemos votar a otro partido, y quizá salga elegido. Da igual, es un primer paso, pero hay personas por encima que no podemos elegir ¿quiénes? da igual ahora acusar a banqueros, multimillonarios o quién sea (no son leyenda, existen y lo reconocen claramente). Posiblemente terminen corrompiendo y poniendo de su lado a quien suba al poder. La cuestión es que no tenemos voz ni voto directo sobre esas personas (¿Democracia?).

Luego si los políticos andan presionados por gente de arriba, tenemos que igualar o aumentar esa presión desde abajo. Por lo menos intentarlo. Casi da igual el político que sea, pensad que son seres humanos (no tengo claro si eso es bueno o malo).

El único poder que tenemos es que somos muchos y la chispa de nuestra fuerza es la indignación. Por suerte hay muchos problemas, podemos hacer que los globos estallen, y con suerte que estallen en la misma dirección y sentido opuesto al de los HP. Y lo más complicado, cómo reaccionamos, cómo empujamos en ese sentido, qué hacemos para luchar contra la crisis y contra los de arriba. Sin dar soluciones, hablaré de eso en la próxima y última entrada.
Clic aquí para ir a la cuarta y última parte (ánimo) 

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