miércoles, 18 de mayo de 2011

Odio, sexismo, muerte y racismo infinitos

No puedo, no los soporto. En especial a ellas, las muy hijas de perra se aprovechan de ti, te quitan el alma en cuanto pueden. Por mi todas muertas. Seguramente tenga daños colaterales y me cuesta pensar en cuales… pero seguro que el mundo, o al menos yo saldría ganando.
Sé que les gusto, tienen atracción especial por mí. Soy demasiado dulce y no sé cómo evitarlo. Su instinto reproductor puede con todo, son capaces de verte, de olerte en la oscuridad.


He estado dos noches sin dormir, me las intento quitar de encima como puedo, pero es imposible. Por mucho que te escondas, por mucho que te cubras bajo un tupido velo, te encuentran.
De pequeño siempre me decían que los vampiros eran un mito, una leyenda. ¿Cómo va a existir un ser que entra por tu ventana sediento de sangre y te muerde en el cuello para alimentarse? Pues no sólo existen, te acribillan en el cuello, dedo del pie o en la misma cara.
Ha sido una batalla campal, libro en mano cual arma percutora de nivel 1 y una paciencia (mezclada con sueño) infinita. Han caído varios, pero no han sido suficientes.
Han ganado ellos, y con ellos el sueño y la desesperación.

Putos mosquitos (mosquitas para ser exacto).

1 comentario: